Silvia nació el 27 de noviembre de 1948 en la localidad de Punta Chica, partido de San Fernando. Estudió Medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y, al momento de su secuestro, tenía 28 años y estaba terminando su residencia como cirujana en el Hospital Municipal de Tigre.
Abel nació el 7 de febrero de 1951 en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos. Cursó la carrera de Agronomía en la UBA hasta que fue expulsado por la intervención en esa casa de estudios. Junto con Silvia militaba en la columna norte de Montoneros. A ella la llamaban “María”.
En dictadura, la búsqueda de Francisco la llevaron adelante sus abuelas, Sara Elena de Madariaga y Ernestina "Tina" Dallasta de Quintela. Escribieron y se acercaron a cuanto ministerio público pudieron, pero en todos les cerraron las puertas. De vuelta en el país, Abel se incorporó activamente a Abuelas y fue el encargado de desarrollar gran parte de las estrategias de difusión de la institución para convocar a los jóvenes que, como su hijo, tuvieran dudas sobre su identidad.
Francisco se acercó a nuestra Asociación el 3 de febrero de 2010, manifestando que creía ser hijo de desaparecidos. Su apropiadora le había confesado que lo habían traído de Campo de Mayo y que su ex esposo, el represor Víctor Alejandro Gallo, oficial de Inteligencia del Ejército Argentino y miembro del Batallón 601, le había dicho que el niño había sido abandonado allí. Al día siguiente, Francisco se realizó los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos y el 17 de febrero se confirmó que era el hijo de Silvia y Abel. De inmediato, quiso conocer a su padre, con quien se fundieron en un abrazo interminable.
Su madre permanece desaparecida.