A mediados de los 2000, una investigación judicial impulsada por la filial Rosario y la familia dio con una joven que podía ser la hija de Raquel y Tulio Valenzuela. En paralelo, la joven, que siempre supo que había sido adoptada, se fue acercando a la filial para despejar dudas. En 2008, el juzgado la convocó para realizarse la pericia que confirmó las sospechas.
Rápidamente, Sabrina quiso conocer a su familia y comenzar a reconstruir su historia. Raquel, su mamá, nació el 26 de abril de 1949 en la ciudad de Santa Fe. Su familia le decía "Coca" y sus amigos "La Muda". Se recibió de asistente social y trabajó en un barrio humilde de su ciudad. Militó en la Juventud Peronista, el Movimiento Villero Peronista, la Agrupación Evita y en las Fuerzas Armadas Revolucionarias. En 1976, tuvo un hijo, Sebastián, junto a Marcelino Álvarez, desaparecido a fines de ese año. Tulio, el padre de Sabrina, nació en San Juan el 21 de mayo de 1945. En 1963 se fue a Buenos Aires a estudiar Derecho. En 1976, junto a Norma Espinosa, tuvo a su primer hijo, Matías. Integró la Juventud del Partido Bloquista de San Juan y la organización ARP de su Facultad. Raquel y Tulio se conocieron militando en Montoneros. A ella la llamaban "María" y, a él, "Tucho" o "Marcos". Raquel -embarazada de mellizos-, Tulio y Sebastián vivían en Mar del Plata, cuando, el 2 de enero de 1978, fueron secuestrados por un grupo de tareas del II Cuerpo del Ejército y llevados al centro clandestino Quinta de Funes. Allí, se organizó la llamada Operación México, que pretendía asesinar a la cúpula montonera usando a Tulio como anzuelo. La pareja simuló aceptar el plan y negoció la restitución de Sebastián a su familia. Una vez que pisó suelo mexicano, Tulio se fugó y denunció los crímenes de la dictadura. En mayo estableció el último contacto. Se sabe que ingresó al país con la Contraofensiva. Raquel, Tulio y el mellizo continúan desaparecidos.