Sus familiares buscaron al hijo de Liliana y Pedro incansablemente. Desde Abuelas se impulsaron las denuncias judiciales que permitieron citar a un joven que podía llegar a ser el hijo de la pareja. Había sido inscripto como hijo propio por el exagente de inteligencia de la Gendarmería Nacional, Víctor Enrique Rei, con una partida de nacimiento falsa. Debido a la negativa del joven, la justicia ordenó recoger objetos personales de su domicilio a fin de extraer muestras de ADN. El 14 de julio de 2006 se conocieron los resultados y Pedro pudo conocer su origen y a su familia biológica. Sus padres permanecen desaparecidos.
Pedro Sandoval Fontana
- ADN: 14 de julio, 2006
Pedro Sandoval Fontana nació en cautiverio en enero de 1978. Su madre, Liliana Clelia Fontana Deharbe, y su padre, Pedro Fabián Sandoval, fueron secuestrados el 1° de julio de 1977 en su domicilio de Caseros, zona oeste del Gran Buenos Aires, ella embarazada de dos meses y medio. Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que ambos estuvieron detenidos en el centro clandestino "Club Atlético", ubicado en el barrio porteño de San Telmo.
La familia de Alejandro Pedro Sandoval Fontana
19771 de julio
Desaparición de la madre
200614 de julio
Restitución
84Número de caso resuelto
“Para mí es un orgullo mi identidad. Orgullo de mis viejos, orgullo de mi familia y orgullo de la lucha de Abuelas”
"No me animaba"
Liliana nació el 21 de diciembre de 1956 en la localidad de Viale, Entre Ríos. Sus amigos le decían "La Flaca". Pedro nació el 8 de agosto de 1944 en Nogoyá, en la misma provincia. Su familia y amigos le decían "Erico". Junto a su primera esposa tuvo dos hijos: Fernando en 1970 y Abel en 1974. Liliana comenzó su militancia en el Movimiento Estudiantil Secundario Eva Perón (MESEP) y Pedro en la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP). Luego, militaron en el Frente Revolucionario “17 de Octubre” (FR-17). Los llamaban "Pati" o "Patricia" y a él "El Negro" o "Camilo".
“Me negaba a saber la verdad de mi historia, no me animaba", contó Pedro, el hijo de ambos, tiempo después de ser restituido. “Todo lo que me pedía mi apropiador yo lo acataba, más por la forma en que fui criado, tenía que obedecer. Cuando se lo juzgó por mi apropiación, me di cuenta que nuestra relación era más bien castrense. El día que yo me encontré por primera vez con mi familia en el despacho del juzgado, ahí fue el primer abrazo de verdad que tuve en mi vida, con mi abuelo", añadió.
Clelia "Chela" Deharbe de Fontana
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