El 25 de julio de 2003 Abuelas de Plaza de Mayo recibió una denuncia sobre el caso de una niña que había sido anotada como hija propia por un miembro de la Prefectura Naval de apellido Azic, quien había actuado en la ESMA. La partida falsa de nacimiento había sido firmada por el médico Horacio Pessino. Este caso estaba siendo investigado por la Comisión Hermanos de la Regional Capital de H.I.J.O.S. en coordinación con nuestra Asociación. El caso, finalmente, fue judicializado y luego de varios meses la joven decidió realizarse los análisis inmunogenéticos. El 8 de octubre de 2004 Victoria recibió los resultados del Banco Nacional de Datos Genéticos que confirmaron que era hija de María Hilda y José. Sus padres continúan desaparecidos.
Victoria Donda Pérez
- ADN: 8 de octubre, 2004
Victoria Donda Pérez nació en agosto de 1977 durante el cautiverio de su madre, María Hilda Pérez, en la ESMA. El 28 de marzo de ese año la joven fue secuestrada en la vía pública en las cercanías de Morón o Castelar. Estaba embarazada de cinco meses. Su compañero, José María Laureano Donda, también fue desaparecido. El último contacto que estableció con su familia fue a principios de mayo de 1977. Tenían otra hija, Eva, nacida en 1976, quien se encontraba al cuidado de su abuela materna al momento del secuestro de Hilda. La pareja fue vista en la Comisaría 3° de Castelar. Según testimonios de sobrevivientes la joven fue llevada a la ESMA para dar a luz. El parto fue asistido por el obstetra del Hospital Naval, Jorge Luis Magnacco.
La familia de Victoria Donda Pérez
197728 de marzo
Desaparición de la madre
20048 de octubre
Restitución
79Número de caso resuelto
“No hay posibilidades de que nada crezca si no tiene raíces. Para crecer tenemos que saber de dónde venimos, cuál es nuestra historia”.
"Se va a llamar Victoria"
María Hilda nació el 24 de abril de 1951 en Mendoza. Su familia la llamaba "Corita" y sus amigos "La Gorda Cori". José nació en la provincia de Entre Ríos el 3 de mayo de 1955. Sus amigos le decían "El Cabo". Ambos pertenecían a la organización Montoneros. A ella la conocían como "La Petisa" y a él como "Pato" o "Jorge".
El parto de María Hilda en la ESMA también fue asistido por una detenida, Lidia Vieyra, quien sobrevivió, se exilió y desde el exterior pudo contar todo. “Cori saltó de la mesa, tomó a la niña, la levantó y dijo: ‘Se va a llamar Victoria’. En ese rato que quedamos solas Cori pensaba cómo hacer para reconocerla, porque no se sabía qué pasaba ni con las madres ni con los niños. Entonces le hizo un agujero con una aguja en la oreja y le pasó un hilo azul, pensaba que si la llevaban a un orfanato así la podrían reconocer, jamás pensamos que esta gente se apropiaba de los niños y a sus padres los mataban. Cori se quedó con Victoria en la habitación y a mí me llevaron de vuelta a Capucha”.
El cuñado de María Hilda, Adolfo Donda, era uno de los represores de la ESMA y fue partícipe de la entrega de la niña a otro genocida, Juan Antonio Azic, quien además se apropió de otra hija de desaparecidos. Hoy Victoria Donda es una destacada dirigente política y lucha, desde su lugar, por los mismos ideales que impulsaban sus padres.
Leontina Puebla
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