7 de mayo de 2014
Ana María Caracoche, ex detenida y mamá de dos niños restituidos, declaró en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención (CCD) La Cacha durante el año 1977, que alcanza a 135 víctimas, entre ellas siete embarazadas.
La jornada del miércoles 7 de mayo de 2014 comenzó con la declaración de Ana María Caracoche, secuestrada en
Su hija María Eugenia Gatica fue secuestrada cuando tenía un año, fue entregada a un comisario y recuperada recién en 1985; su marido Juan Oscar Gatica fue secuestrado en Bahía Blanca en 1976 y permaneció desaparecido una semana; su hijo Felipe Martín Gatica Caracoche fue entregado a otra familia y recuperado 8 años más tarde.
Recordó que su militancia se había desarrollado en la localidad de Mercedes en
Refirió que en 1977 vivían en
Al momento del secuestro le quebraron un brazo. Junto a Roberto la trasladaron a
Al llegar a
Más adelante fue nuevamente interrogada. En esa oportunidad pudo reconocer a un compañero de Bahía Blanca que también estaba siendo interrogado, Roberto René Achares. En este interrogatorio pudo identificar a El Francés y vio que tenían un grabador.
También indicó que en los utensilios empleados para suministrarles la comida estaba grabado el emblema del Ejército.
Refirió además que todos denominaban al lugar
Entre sus compañeros secuestrados mencionó a Alberto Horacio Monají, Esteban Rodolfo Cuenca, Rodolfo Jorge Axat, Ana Inés Della Croce, Elsa Luján Luna, Julio Beltaco, Cristina Lucía Marrocco, Susana María Marrocco, Félix Eduardo Picardi, Ricardo Antonio Herrera, Graciela Irene Quesada, Liliana Pizá, Rubén Oscar Scognamillo, Roberto Luján Amerise, Alberto Omar Diessler, Daniel Alberto Toninetti, Federico Hugo Sánchez Rizzo, Susana Beatriz Quinteros, Héctor Manuel Irastorza, Raúl Alberto Depaoli, Antonio Bautista Bettini, Mario Oscar Gallego.
Entre los guardias y torturadores mencionó a El Francés, El Oso.
Relató que un guardia le dijo que sería liberada. Posteriormente la llevaron en un auto con otro secuestrado, un estudiante de medicina llamado Gastón; primero obligaron al joven a barjar; después de un trayecto, la obligaron a descender en un lugar con calles de tierra. Poco después pudo reconocer que se encontraba en Los Hornos, un lugar que conocía por haber vivido allí. Los vecinos le prestaron ayuda y buscó entonces a su familia en Lomas de Zamora.
Permaneció unos días allí, luego fue a Mercedes, de donde es oriunda, y luego a otros lugares hasta emprender definitivamente el exilio en 1980. Desde entonces vive en Brasil.
Describió además cómo los exiliados se reunieron en torno a
También se refirió a lo que fue la búsqueda de sus hijos que permanecían desaparecidos. A través de las indagaciones de Abuelas, de su familia y las suyas en junio de 1984 logró dar con el paradero de Felipe, que había sido entregado a una mujer que lo criaba como hijo propio. En septiembre del mismo año el niño fue a vivir con sus padres y dos hermanitos que habían nacido en Brasil. Aún faltaba encontrar a María Eugenia.
Casi contemporáneamente Ana María identificó a su hija en una foto y en marzo de 1985 lograron realizar un análisis de histocompatibilidad que confirmó que se trataba de María Eugenia. En agosto de ese año el juez Borrás, a cargo de la causa, ordenó la restitución a su familia. El comisario Silva se dio a la fuga con María Eugenia, pero poco después fue encontrado gracias a la campaña pública de búsqueda que se había lanzado.
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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