Restituido/a

Guillermo Amarilla Molfino

“La primera vez que abracé a mis hermanos entendí que era un abrazo para siempre”
 Guillermo Amarilla Molfino
Nombre del nieto/a

Guillermo Amarilla Molfino

  • ADN: 30 de octubre, 2009

Nació el 27 de junio de 1980 durante el cautiverio de su madre, Marcela Esther Molfino. Junto con su compañero, Guillermo Amarilla, fueron secuestrados el 17 de octubre de 1979, él en la vía pública, en Ramos Mejía, ella en su casa de San Antonio de Padua, donde estaba con sus tres hijos: Mauricio nacido en 1975, Joaquín en 1977 e Ignacio en 1978. La joven se encontraba embarazada de un mes. Los niños fueron devueltos a su abuela paterna en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco, el 2 de noviembre de 1979. La pareja quizá haya sido llevada primero a la ESMA, y luego a Campo de Mayo, permaneciendo con vida, presumiblemente, hasta fines de 1980. La familia desconocía que Marcela estaba embarazada, así fue que solo denunciaron la desaparición de la pareja.

La familia de Guillermo Amarilla Molfino

Marcela Esther Molfino
Madre

Marcela Esther Molfino

Desaparecida el 17 de octubre de 1979 en San Antonio de Padua, zona oeste del Gran Buenos Aires. Embarazada de un mes.

Guillermo Amarilla
Padre

Guillermo Amarilla

Desaparecido el 17 de octubre de 1979 en la localidad de Ramos Mejía, zona oeste del Gran Buenos Aires.

Noemi Esther Gianetti De Molfino
Abuela materna

Noemi Esther Gianetti De Molfino

Madre de Plaza de Mayo. Secuestrada el 12 de junio de 1980 en Lima, Perú, en el marco del Plan Cóndor. Asesinada en Madrid, España, en julio de ese año.

Ramona Cabrera De Amarilla
Abuela paterna

Ramona Cabrera De Amarilla

Falleció en 1982. No pudo abrazar a su nieto.

Marcela Molfino nació el 15 de noviembre de 1952 en la ciudad de Buenos Aires. Guillermo Amarilla el 25 de enero de 1950 en Resistencia, Chaco. Ambos comenzaron su militancia en el Peronismo de Base, luego en la Juventud Peronista, y finalmente integraron la organización Montoneros. El joven también militó en el Integralismo de Resistencia. Lo conocían como "Tato", "Andrés", "Marcos" o "Negro" y a ella como "Tata" o "La Flaca". Se conocieron en el ámbito de la militancia y se casaron en 1973. Sus tres primeros hijos nacieron durante el exilio de la pareja en Francia. Volvieron al país en mayo de 1979 en lo que se conoció como la Contraofensiva montonera.

El cuarto hijo de Guillermo y Marcela tenía dudas de su identidad desde la escuela secundaria. En diciembre de 2007 se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y se realizó los análisis de ADN, pero debido a que el embarazo de su mamá no había sido denunciado, se le comunicó que su perfil no coincidía con ninguna de las familias que buscaban un nieto. El 21 de agosto de 2009 se presentó ante la Secretaría de Derechos Humanos una sobreviviente de Campo de Mayo quien relató que Marcela Esther Molfino había dado a luz un niño en ese centro clandestino. Fue así que desde la CONADI se comunicaron con las familias Amarilla y Molfino para informarles y solicitarles sus muestras genéticas, cuya incorporación permitió un nuevo entrecruzamiento y el 30 de octubre de 2009, los resultados confirmaron que el joven era hijo de Guillermo y Marcela. Guillermo pudo así conocer su verdadera identidad y encontrarse con sus hermanos y familiares. Sus padres permanecen desaparecidos.

La Abuela Rosa le entrega a Guillermo su Archivo Biográfico Familiar.
La Abuela Rosa le entrega a Guillermo su Archivo Biográfico Familiar.
Desc texto

197917 de octubre

Desaparición de la madre

200930 de octubre

Restitución

98Número de caso resuelto

“La diferencia que hay entre una vida de mentira y una vida de verdad es, básicamente, saber que ya no somos objeto de la mentira"
Guillermo Amarilla Molfino

"Enamorado de la vida"

“Tengo familia en todos lados y siento una alegría inmensa”, dijo Guillermo al conocer su identidad y darse un abrazo interminable con sus tres hermanos. En 2019, en el juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos contra los militantes de la Contraofensiva montonera, entre ellos sus padres, declaró acerca de la reconstrucción de su identidad: “La duda fue resultado de los silencios y de las mentiras. Tuve un acercamiento al tema por el trabajo de difusión de Abuelas y pude poner forma a esas preguntas desordenadas”. Y agregó: “Yo vivía enojado con la vida, como vivían mis apropiadores. No conocía esto, ahora vivo enamorado de la vida a pesar del dolor”. Hoy Guillermo forma parte de nuestra Asociación y trabaja día tras día para seguir encontrando otros nietos y nietas.

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