Nació en Temuco, Chile. Quedó huérfana a los tres años. En 1973 se mudó a la Argentina para acompañar a su hijo José en su rehabilitación. En 1978, tras la desaparición de José, Gertrudis y su nieta Claudia, se unió a las Abuelas de Plaza de Mayo, donde, desde hace décadas, es una de las referentes más activas de la Asociación. Actualmente es vicepresidenta de Abuelas. Pudo abrazar a su nieta en el 2000 y sigue buscando a todas y todos los que falta encontrar.
"Dando vueltas con las Madres me enteré que había Abuelas que buscaban a sus nietos y me acerqué"
“Saber quiénes somos y de dónde venimos es lo más importante que nos puede pasar a los seres humanos”