En el marco del Mes de la Memoria, la vicepresidenta de Abuelas, Buscarita Roa, junto con su nieta e integrante de nuestra Comisión Directiva, Claudia Poblete, brindaron una conferencia en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).

El evento fue organizado por el Proyecto Marcas de la Dictadura de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) de la UNSL y la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina (CTA Autónoma).

“En 1978 secuestraron a mi hijo, mi nuera y mi nieta, ella solo tenía ocho meses de edad”, contó Buscarita, quien buscó a Claudia por más de 20 años, hasta encontrarla, en el año 2000. “Una puede trabajar mucho sola, pero el acompañamiento es muy importante para todas nosotras”, agregó. Ante un auditorio colmado de estudiantes y docentes, explicó además que todavía falta encontrar más de 300 nietos, que pueden estar tanto en el país como en el exterior.

No se puede vivir con una identidad falsa, remarcó Buscarita, “la identidad es tan importante como vivir”. Y destacó que entre los 30 mil desaparecidos la mayoría eran “jóvenes que buscaban que el mundo fuera mejor, que tenían ideales y sueños”.

Claudia, por su parte, relató la historia de su padre, José Liborio Poblete, chileno de nacimiento como Buscarita, que vino a la Argentina en busca de un tratamiento para su discapacidad. “Él militó mucho a favor de los derechos de los discapacitados, en ese entonces consiguieron el cupo laboral en empresas privadas pero los militares lo derogaron. Esa es una deuda que aún tenemos en la actualidad”.

Tras 22 años apropiada por un coronel y su esposa, con un nombre diferente, con una fecha y acta de nacimiento falsas, Claudia recibió una notificación judicial para realizarse un ADN. “El ADN fue positivo y me reconocí en las fotos que me brindó la Justicia. Quienes me criaron me habían tomado algunas fotos de bebé y encontré el parecido no sólo conmigo sino también con mi familia”, recordó.

El mismo día conoció a su abuela y a algunos tíos: “Lo que yo creía que era invento, era la verdad”, afirmó. No fue fácil para ella, pero con el tiempo no quiso tener más contacto con quienes la habían criado, y hoy es una de las nietas más activas en la institución.

El rector de la UNSL, Víctor Moriñigo, agradeció la visita y expresó: “Es necesario contar la historia una y mil veces para que la lucha de los derechos humanos no se agote con quienes la vivieron en primera persona. El futuro de esto es de los más jóvenes, esto tiene que ser su legado”.

Acto seguido, parafraseando a la propia Buscarita, concluyó: “Me da alegría que Buscarita esté en este auditorio tan significativo, verla con su bastón y como ella dice ‘el bastón no sólo para caminar sino para no arrodillarse nunca'”.