Matías siempre supo que era adoptado y su expediente consignaba que había sido encontrado por una mujer la noche del 27 de diciembre de 1977 a tres cuadras de la ESMA, muy cerca de donde desapareció con su madre. Por disposición judicial, el niño fue entregado en guarda a un matrimonio que lo crió.
Las circunstancias del secuestro de su padre, Juan Manuel, fueron relatadas por un primo de él, Domingo Carmelo Graziadio, que presenció cuando cuatro hombres lo subieron a un automóvil Chevy azul metalizado. Elena, enterada de la situación, sin saber dónde buscarlo, recibió una llamada y una carta de su marido que le indicaba que el 26 de diciembre de 1977 debía encontrarse con unos compañeros en la zona de Núñez. Los padres de ella la llevaron, junto con el pequeño Matías. Fue la última vez que los vieron. Días antes, la joven les había contado que estaba embarazada nuevamente.
A fines de los años 80, los Mijalchuk y los Darroux, resignados, solicitaron a la justicia la presunción de fallecimiento. Pero en 1999, gracias a la intervención de Roberto, tío materno de Javier, se abrió la investigación que culminaría con la restitución de su sobrino.