El 30 de marzo de 2006 se presentó en Abuelas de Plaza de Mayo un joven interesado en conocer su filiación paterna. En la inscripción que se había realizado en el Registro Civil no figuraba ninguna información sobre su padre, existían escasos datos sobre su infancia y sobre su lugar de nacimiento aparentemente ocurrido en un domicilio particular. El 4 de abril de ese año el joven se presentó en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y en junio se realizó los análisis inmunogenéticos en el Banco Nacional de Datos Genéticos que el 12 de septiembre confirmaron que se trataba de Marcos, hijo de María Teresa y Hugo. Sus padres permanecen desaparecidos.
Marcos Suárez Vedoya
- ADN: 12 de septiembre, 2006
Marcos Suárez Vedoya nació el 20 de diciembre de 1975 en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Su madre, María Teresa Vedoya, fue secuestrada el 20 de octubre de 1976 en la localidad de San Martín, zona oeste del conurbano bonaerense. Entre el 8 y el 10 de diciembre de ese año, el pequeño Marcos y su padre, Hugo Alberto Suárez Caballero, fueron desaparecidos, no hay certeza en qué lugar. Desde ese momento, la familia de Marcos comenzó la búsqueda en organismos del Estado, iglesias y hospitales obteniendo siempre respuestas negativas.
La familia de Marcos Suárez Vedoya
197520 de diciembre
Nacimiento del/a nieto/a
197620 de octubre
Desaparición del/a nieto/a
200612 de septiembre
Restitución
85Número de caso resuelto
“No sabía que había tanta gente buscándome, la verdad que si sabía, hubiera aparecido antes.”
Abrazo de abuela
María Teresa nació el 11 de agosto de 1954 en la ciudad de La Plata. Su familia la llamaba "Tere". Hugo nació el 22 de diciembre de 1953 en la misma ciudad. En su casa le decían "Bocha". Ambos militaban en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y en la organización Montoneros. Hugo también militaba en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). A ella sus compañeros la conocían como "Teresita" o "La Negrita". Los dos estudiaban Medicina.
Marcos fue apropiado por una enfermera de Casa Cuna en Capital Federal. Desde ese día se llamó Gustavo y creció con una historia que le era completamente ajena. Pasó el tiempo, las dudas fueron cada vez más y, apoyado por sus amigos, el joven decidió buscar su verdad. “El abrazo con mi abuela (Modesta Vergara) fue muy fuerte. Me estremece. Me acuerdo y me emociona. Físicamente no la reconocía, pero yo ya había estado en esos brazos”, contó Marcos tiempo después de ser restituido.
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