Tras el operativo, Sebastián fue abandonado en la casa de unos vecinos, quienes lo entregaron al Juzgado de Menores N° 1 de Lomas de Zamora a cargo de la jueza Delia Pons. Por decisión de la magistrada el pequeño fue internado en el Hogar "Casa de Belén", donde permaneció siete años hasta su localización. El niño figuraba en el expediente judicial bajo otra identidad a pesar de que la jueza conocía su procedencia. Asimismo, omitió publicar su foto, lo cual hubiera posibilitado que su familia lo reconociera. El 22 de mayo de 1984, gracias a la intensa búsqueda de sus familiares y Abuelas, Sebastián fue restituido. En 2009, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de su padre. Su madre continúa desaparecida.
Sebastián Ariel Santillán Juárez
- Restitución: 22 de mayo, 1984
Sebastián Ariel Santillán Juárez nació el 12 de marzo de 1974. Fue secuestrado junto con su madre, Lucinda Delfina Juárez Robles, el 13 de mayo de 1977 en su domicilio de la localidad bonaerense de Claypole. Por sobrevivientes, pudo saberse que la joven permaneció detenida en el Regimiento de Infantería N° 9 de Corrientes. Su compañero, Carlos Benjamín Santillán, había sido secuestrado el 9 de noviembre de 1976 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Fue visto en la Unidad Penal N° 3 de de San Nicolás y en el centro clandestino "El Vesubio".
La familia de Sebastián Ariel Santillán Juárez
Madre
Lucinda Delfina Juárez Robles
Padre
Carlos Benjamín Santillán
197412 de marzo
Nacimiento del/a nieto/a
197713 de mayo
Desaparición del/a nieto/a
198422 de mayo
Restitución
22Número de caso resuelto
“Aprender a vivir”
Lucinda nació el 4 de mayo de 1949 en San Miguel de Tucumán. Su familia le decía "Beba" o “La Gorda Lucía”. Fue estudiante de Derecho en la Universidad Nacional de Tucumán. Carlos Benjamín nació el 25 de febrero de 1945 en la ciudad de Santiago del Estero. En su casa lo llamaban "Cacho". Junto a su primera compañera, María Cristina Lanzillotto, tuvo dos hijos: María Lucila en 1974 y Jorge Francisco en 1975. Lucinda y Carlos Benjamín militaban en el PRT-ERP. A ella sus compañeros la apodaban "Celia" o "La Negra Celia".
La denuncia por la desaparición de Sebastián la hizo su tío materno, Juan Carlos, a principios de 1984. Exiliado en España, se acercó a Abuelas para saber si existía algún dato sobre Lucinda y su sobrino “Beto”. Gracias al apodo, las Abuelas pudieron darle nombre a un niño que estaba internado y que nadie reclamaba, y así restituirlo a su familia legítima.
“Fue un sentimiento de respiro, de volver a nacer y empezar una vida normal: tener amigos, salir a la calle sin que nadie me diga nada, ni que me fuesen a buscar con un palo, ni que me pegasen continuamente. Fue algo muy lindo y reconfortante, fue aprender a vivir”, rememora Sebastián sobre aquel momento.
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El proceso de restitución
Cómo acompañan las abuelas el proceso y la vinculación con otros organismos del Estado.
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