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8 de julio de 2025

“Siempre fui consciente de que tengo un hermano”

Abuelas restituyó la identidad al nieto 140, nacido en cautiverio en Bahía Blanca. Es hijo de los desaparecidos Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz. Su hermana, Adriana, responsable de nuestra filial Mar del Plata, participó del feliz anuncio.

“Mi abuela Elisa decía que la sangre llama”, relató Adriana Metz Romero, hermana mayor del nieto 140, en referencia a su abuela paterna Elisa Kaiser, quien la crió tras el secuestro de sus padres, Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz.

Tanto Graciela Alicia como Raúl eran oriundos de Bahía Blanca y se conocieron militando en comedores barriales de la ciudad, y luego se unieron al PRT-ERP. El 16 de diciembre de 1976, ella embarazada de 5 meses, fueron secuestrados en Cutral-Có, a donde se habían trasladado huyendo de la persecución. Por sobrevivientes se supo que estuvieron en dos centros clandestinos de igual nombre, “La Escuelita”, en Neuquén y Bahía Blanca. En este último nació, el 17 de abril de 1977, el hijo varón del matrimonio, hoy nieto restituido.

La feliz hermana, Adriana Metz, referente de la filial Abuelas de Mar del Plata, contó que su hermano vive en Buenos Aires y tiene 48 años. “Me contó que fue criado como hijo único y que no tiene familia, a lo que le dije: ‘Yo’. Mi hijo Lucas me señaló que cambió mi forma de hablar al estar con él presente. Solía referirme a ‘mi mamá’, pero con él hablo de ‘mamá’ y ‘papá’. No fue forzado porque siempre fui consciente de que tengo un hermano. A partir de acá es todo ganado para la familia Metz Romero, pero también para la sociedad. Porque cada niño que recuperó su identidad nos ilusiona un poquito más”, expresó Adriana, quien en el proceso de búsqueda abrió un blog de tejido en el que escribía a su hermano, al igual que lo hizo en una carta cuando él que cumplió 40 años. “Fue construyendo una red que la cobija y hoy también abraza a su hermano en este encuentro tan esperado”, dijo Estela de Carlotto, a su lado en la conferencia.

Adriana, aún conmovida, se refirió a la importancia de socializar la lucha. “La fuerza se encuentra en esta red colectiva que armaron las Abuelas. Una red de contención, de búsqueda, a la que incorporan a los nietos, a los hermanos, enseñándonos que la búsqueda terminará cuando los encontremos a todos”. Fue criada por sus abuelos y construyó un núcleo familiar: “Esto es el día a día y construir a pesar de la ausencia. Mis hijos hicieron suya la causa y buscaban a su tío, no al hermano de su mamá. Ahora ya no tienen que salir a buscar a mi hermano, pero sí tendrán que buscar a los demás”.

“Nadie puede vivir en una historia que no es cierta y sin conocer a su familia –afirmó Estela–. Esto para nosotros es como un nacimiento y así lo festejamos. Recuperar a los nietos es llegar a la verdad de lo que ha sido la apropiación de niños durante la dictadura cívico militar, darles la identidad que corresponde y que se encuentren con su familia para disfrutar de la verdad”.

Esta búsqueda comenzó a partir de la recepción de denuncias anónimas y la investigación posterior: “Cualquier sospecha, por mínima que parezca, es motivo para acercarse a Abuelas. Por eso, si alguien tiene algún dato, también le pedimos que se acerque. Son esas las informaciones guardadas hace años las que nos permiten hallar a nuestros nietos y nietas”, subrayó Manuel Gonçalves Granada, quien también llamó la atención sobre la alarmante situación de los trabajadores de los distintos organismos abocados a las políticas de memoria. Mencionó del decreto 351/2025 por el cual el Gobierno, que deja en extrema vulnerabilidad al Banco Nacional de Datos Genéticos.

“La búsqueda colectiva sostenida a lo largo de 49 años condensada en estos momentos ratifica lo imprescindible que son las herramientas construidas por el Estado y la labor silenciosa de decenas de trabajadores y trabajadoras de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDi) y el Banco Nacional de Datos Genéticos, que aún hoy en condiciones precarias y con enormes dificultades continúan trabajando con la convicción de que este delito debe ser resuelto”, agregó.

“Con la restitución 140 confirmamos, una vez más, que nuestros nietos y nietas están entre nosotros y que, gracias a la perseverancia y el trabajo constante de estos años de lucha, seguirán apareciendo”, concluyó Estela.  rayito

Fuente: ANCCOM
Autor/a: Ailen Argañin