12 de mayo de 2025
Compartimos un fragmento de la nota de Infobae con datos sobre el aumento de las consultas en los últimos días. Medios de todo el mundo se hicieron eco de esta noticia que habla de la importancia de los aportes y la participación de la sociedad para sostener esta búsqueda colectiva.
“¿Estás mirando la serie El Eternauta? Si es así y naciste en noviembre de 1976 o entre noviembre de 1977 y enero de 1978 y tenés dudas sobre tu identidad o la de alguien que nació en esas fechas, contactate con Abuelas de Plaza de Mayo”. La publicación en redes fue compartida por esa organización y también por H.I.J.O.S. Capital. La imagen que eligieron es contundente.
Al afiche callejero de la serie producida por Netflix y protagonizada por Ricardo Darín se le superponen, en blanco y negro, las fotos de Héctor Germán Oesterheld, el hombre al que se le ocurrió la historia de El Eternauta en los años cincuenta, y de sus cuatro hijas: los cinco fueron desaparecidos por la última dictadura. Nunca más se supo de ellos.
Las Abuelas siguen buscando a las nietas o nietos de Oesterheld y Elsa Sánchez, su compañera de vida. Son dos de los alrededor de trescientos nietos a los que aún buscan para que conozcan su verdadera identidad e historia. Y el estreno de El Eternauta, que se convirtió en la serie de habla no inglesa de mayor audiencia unos días después de ser lanzada, no sólo reavivó la atención sobre esas dos búsquedas sino sobre todas las que hace la organización de derechos humanos.
Las consultas a Abuelas por parte de personas que dudan sobre su identidad y que nacieron entre 1975 y 1983, que es el período en el que concentra su búsqueda la organización, se sextuplicaron después de que la serie, una adaptación de Bruno Stagnaro a la historieta guionada por Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López, llegara a la plataforma de streaming.
Según pudo averiguar Infobae, en 2024, entre el 1º y el 7 de mayo, Abuelas recibió 18 de esas consultas. Pero este año, en ese mismo período de tiempo y con la serie estrenada el 30 de abril, las consultas fueron 106 en menos de una semana. Para dimensionar el fenómeno alcanza con pensar que en lo que va de este año se acercaron a Abuelas 902 personas para consultar sobre su identidad y, de ese total, una de cada diez ocurrió en la semana posterior al lanzamiento de la serie.
“Nos da esperanza y alegría ver que a partir de la serie se reactivan los mecanismos creados por las Abuelas, que son que las personas que dudan sobre su verdadera identidad o que tienen información sobre posibles casos de apropiación se acerquen y cuenten sus historias”, le dice Manuel Gonçalves Granada a Infobae. Nieto de Matilde Pérez de Gonçalves, restituido en 1997, es secretario de Abuelas de Plaza de Mayo. “La multiplicación de consultas abre la enorme expectativa de encontrar al próximo nieto o nieta, que es por lo que trabajamos y las Abuelas luchan día a día”, destaca.
La organización no sólo recibe consultas sobre identidad, sino también denuncias de quienes sospechan de alguna presunta historia de apropiación de bebés ocurrida durante la dictadura. Esas denuncias también se dispararon en medio del “efecto Eternauta”. Entre el 7 y el 14 de abril hubo 21, mientras que del 30 de abril al 9 de mayo, ya con la serie estrenada, fueron 62: prácticamente se triplicaron esos acercamientos.
En los seis capítulos de esta primera temporada de la serie, que transcurre en nuestra actualidad y no en la del cómic, se empieza sabiendo de a poco, con sutileza, que Juan Salvo es ex combatiente de la Guerra de Malvinas. Y que esa, claro, experiencia lo dejó herido: sabe cómo moverse en medio del apocalipsis porque estuvo en uno, y el estrés postraumático le pasa factura décadas después. Esa capa de la serie, constitutiva de su personaje principal es una forma de hablar de la dictadura. Una forma de decir qué les pasó a los soldados que fueron enviados a las islas por la Junta encabezada por Leopoldo Fortunato Galtieri.
Fuente: Infobae
Autor/a: Julieta Roffo
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