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28 de noviembre de 2024

“De repente tenía una familia grande y acogedora”

La familia Gatica Caracoche sufrió el secuestro y apropiación de dos de sus hijos, que años más tarde fueron restituidos. Ana María y María Eugenia, madre e hija respectivamente, prestaron testimonio en el juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en Comisaría 5ta de La Plata.

El 17 de abril de 1977, Ana María Caracoche fue al médico con su hijo Felipe, de un mes y medio. Mientras tanto, dejó a su hija María Eugenia, de once meses, con un matrimonio vecino, compañeros de militancia y amigos, Susana Falabella y José Abdala, que tenían a su vez a su hijo Sabino. Cuando Ana María y Felipe volvieron del médico, toda la familia había desaparecido.

La propia Ana María fue secuestrada poco después, el 19 de abril de 1977, en Berisso, junto a Felipe. La mujer permaneció detenida en los centros clandestinos Comisaría 5ta, "La Cacha" y "Pozo de Banfield". Tiempo después fue liberada, pero Felipe, al igual que María Eugenia, fue apropiado y su identidad falseada.

“En 1980 llegamos exiliados a Brasil. Teníamos dos niños desaparecidos y dos hijos menores, María Paz, nacida en Argentina, y Juan Manuel, brasileño”. Consiguieron denunciar la situación, en la misma presentación la sobreviviente Adriana Calvo de Laborde también contó todo su calvario.

“En 1984 comenzamos con las Abuelas a hacer un trabajo de investigación sobre el paradero de María Eugenia y de Felipe –relató Ana María, de manera remota, ante el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata–. En septiembre de ese año surgieron las primeras noticias de Felipe. Fue restituido con ocho años. Éramos los padres vivos. En los otros casos de nietos, los padres estaban desaparecidos”.

“Continuó la lucha por María Eugenia. Las Abuelas abrieron un proceso judicial. Las primeras noticias también llegaron ese año. Había sido apropiada por un comisario, que intentó fugarse con la niña”, agregó Ana María. María Eugenia recuperó su identidad en septiembre de 1985. Había sido inscripta como hija propia por el comisario bonaerense Rodolfo Oscar Silva y su esposa Armanda Elisabeth Colard.

En su cautiverio en Comisaría 5ta, Ana María pudo ver a las detenidas embarazadas Silvia Muñoz y Mari Garín, cuyos hijos o hijas Abuelas sigue buscando. El reencuentro de la familia Gatica Caracoche fue muy feliz. “Quien no vivió nunca estar separado de sus padres, no entiende lo que es la identidad. Tanto Felipe como María Eugenia se integraron de una forma muy natural”, recordó Ana María, desde Espíritu Santo, la ciudad donde vive.

Antes de finalizar su testimonio, agradeció a la justicia argentina. “La justicia es una virtud que tenemos que exigir –afirmó–. Cuando fue el juicio a los torturadores de La Cacha entendí que no es venganza y ese sentimiento lo tengo muy arraigado. La justicia es un valor que hay que profundizar en este mundo cada vez más deshumanizado”.

A su turno, su hija María Eugenia contó cómo fue su nacimiento en Bahía Blanca, donde su familia se había mudado por seguridad, ya que la represión era feroz, y luego su secuestro en La Plata: “Yo era muy chica. Con un año y cuatro meses fui desaparecida junto con la familia Abdala. Fuimos llevados a la Comisaría 5ta de La Plata, y ahí fui apropiada por el comisario Silva y anotada como su hija con otra fecha de nacimiento”.

María Eugenia repasó el itinerario de sus padres, el exilio y la denuncia, junto con Abuelas, ante organismos internacionales, sobre su desaparición y la de su hermano Felipe. “En 1984, con la vuelta de la democracia, ellos vuelven a Argentina para hacer la denuncia ante la Conadep, y en septiembre es restituido Felipe”, contó.

Ella vivía en San Nicolás con su apropiadora. “Un día me llevan de la escuela, me hacen la extracción de sangre, y enseguida viajamos para La Plata, y paso un tiempo ahí –evocó–. Silva sale conmigo de nuevo en fuga, fuimos a varios lugares, estábamos siempre viajando, hasta que un día aparece mi foto en la televisión, y a partir de ahí pasó poco tiempo y me restituyeron”.

El reencuentro fue en la casa del juez de la causa, y al día siguiente viajaron a Mercedes, provincia de Buenos Aires, donde estaba toda la familia estaba esperando. “Fue muy lindo, yo era como hija única, y de repente tenía una familia grande y acogedora. En 1989 volvimos a Brasil, donde vivimos hoy”, concluyó.

El juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en Comisaría 5ta de La Plata alcanza a 112 víctimas y tiene tres imputados –Pedro Raúl Muñoz, Jorge Antonio Bergés y José Ignacio Saravia Day–, ya que los ex policías Cecilio Reinaldo Gómez y Néstor Ramón Buzzato fallecieron antes de llegar a esta instancia. La próxima audiencia del juicio será el próximo jueves 5 de diciembre a las 11.

Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas