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21 de noviembre de 2024

“Había que desaparecer esos cuerpos”

Nicolás Gil Lavedra y Gustavo Gersberg, director y guionista del documental “Traslados”, dialogaron con el público luego de la última función del ciclo Cine por la Identidad.  

“Siento que estamos generando memoria, que esto es una memoria colectiva. Seguro, ninguno de nosotros después de hoy sale igual con respecto a este tema”. La frase de Nicolás Gil Lavedra sintetiza la atmósfera durante la proyección de su última película, “Traslados”, en la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos, ex Esma. El tema al que refiere el director, y que su documental reconstruye a través de entrevistas, un archivo valioso y recreaciones, es el relato histórico sobre los vuelos de la muerte, el método de exterminio perpetrado por el terrorismo de Estado para desaparecer a cientos de hombres y mujeres, torturados y lanzados al vacío desde aviones con la intención de borrar sus rastros.

La función, a sala casi llena, fue la última del año del ciclo “Cine por la Identidad” y culminó con una emotiva charla en la que el director y el guionista, Gustavo Gersberg, conversaron con el público, entre el que había familiares de víctimas de los vuelos de la muerte.

“Son 47 años de historia argentina que narramos siguiendo los vuelos, fue uno de los grandes desafíos del guion. La historia empieza en 1976 y termina en 2023 cuando llega el avión”, sintetizó Gersberg al tomar la palabra.

“El avión” es el Skyvan PA-51, actualmente en exhibición en el Espacio Memoria ex ESMA, y uno de los utilizados para arrojar personas vivas al mar en los llamados “traslados”. En la película, se ve cómo ese eufemismo va tomando otros significados, primero entre las víctimas y, luego, en la sociedad y en la justicia. “Había que decir que el mar devuelve los cuerpos”, contó Gil Lavedra y reveló con imágenes el giro de la historia, cuando aparecen esos primeros cuerpos ahogados en las costas uruguayas. Con el tiempo las investigaciones determinarán que se trataba de las Madres, familiares y las monjas francesas, secuestradas en la Iglesia de la Santa Cruz en plena lucha. Sus cuerpos ofrecieron verdad.

El documental cuenta con el testimonio de Estela de Carlotto, Nora Cortiñas, sobrevivientes como Miriam Lewin y Martín Gras, las hijas de dos fundadoras de Madres de Plaza de Mayo desaparecidas, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el juez del Juicio a las Juntas Ricardo Gil Lavedra, bomberos, ex colimbas y la investigadora María Guembe, entre otros. Cada uno aporta un fragmento de historia que permite construir esta forma de desaparición que fue probada judicialmente. Pero a la vez, como explicó Gil Lavedra, continúa abierta porque, aunque “el gran problema que tiene la justicia hoy es la falta de prueba en papel, ya que todo es oral”, aún se buscan cientos de restos y se debe continuar investigando otras líneas.

"El número es imposible de saber. Se encontraron 65 cuerpos, lo cual habla de lo eficiente que fue el mecanismo. El número es tremendo. Se iba mejorando para que los cuerpos no volvieran”, explicó Gil Lavedra y detalló: "El fin de esos cuerpos era o el fondo del mar o el cangrejal de Punta Lara. Había que desaparecer esos cuerpos”.

Durante la charla, la alusión al actual contexto de negacionismo y ataque a las políticas de memoria, verdad y justicia fue ineludible. “Traslados se estrenó una semana después de la visita de diputados a Astiz. En la película solamente hablamos de 14 personas que él secuestra y tira. No es un pobre viejito en una cárcel común; es un asesino que nunca se arrepintió de lo que hizo, que nunca dio una lista para que se sepa la verdad”, sentenció Gil Lavedra.

“La película termina respondiendo por la coyuntura a una serie de cuestiones que fueron sucediendo. El legado es un poco eso, haber caído en el momento justo”, apoyó el guionista, y recordó que cuando empezaron a filmarla, en marzo de 2023, el país era otro. “Con el actual contexto vimos que esta película se volvía un poco imprescindible, para las nuevas generaciones, para los jóvenes. Intentamos pensarla con un ritmo para que también se enganchen, más televisivo o de plataforma, donde los entrevistados den voz a esa ausencia”, agregó el director.

Los testimonios de familiares de las víctimas presentes entre el público dieron a la jornada un marco especial. Ana María Cacabelos, hermana de Cecilia y José, detenidos en la ESMA con 18 y 19 años, contó que "fueron trasladados, a fines de 1976 o primeros días de 1977”, y se dirigió a los creadores del documental: “Les quiero agradecer en nombre de ellos el respeto con el que trataron el tema. La delicadeza en obviar golpes bajos porque de esto se puede hablar mucho y hay muchas cosas que se saben y otras que no hace falta saberlas para imaginarlas”. Cacabelos contó que pudo hablar con su hermano durante el cautiverio y él “estaba absolutamente convencido de que los iban a llevar al sur”. “Por eso mi mamá compro desde junio, que fue secuestrado, todos los meses ropa de abrigo para cuando fueran al sur”. Cacabelos finalizó: “Cada acto de memoria que se haga por los 30 mil es un acto de amor colectivo, que nos da fuerza y razones para seguir luchando porque la voz de ellos tiene que seguir hablando y ustedes lo hicieron”.

Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas