22 de septiembre de 2024
"Corresponsal" es un thriller político que explora los vínculos entre el poder y los medios en el contexto de la última dictadura cívico-militar, pero cuya lectura nos habla de una continuidad, hasta el presente, de una complicidad entre uno y otros para el mantenimiento del control.
Un reportero toma fotografías en una casa de familia, tras un operativo de secuestro. Retrata con su cámara, entre el desorden del allanamiento –ocurrido poco antes, según parece–, panfletos “subversivos”, armas incautadas y, también, a una niña que ha quedado sola, a la que le espera un destino de orfandad o, tal vez, de apropiación.
Hasta allí, Eduardo Ulrich, interpretado con maestría por Gabriel Rosas, es un corresponsal gris, sin atributos, que reproduce la posición oficial de la dictadura en las vísperas del mundial de fútbol de 1978. El régimen, preocupado por lo que llamaba “la campaña antiargentina”, utiliza a medios afines para tratar de contrarrestar los miles de denuncias en su contra por violaciones a los derechos humanos.
Cuando Ulrich va a la redacción, su editor jefe le ofrece un trabajo adicional, ya no de periodista, sino de agente de inteligencia. A cambio de un grueso fajo de billetes, debe seguir a un médico sospechado de subversivo y elaborar un informe detallado acerca de él, tarea a la que Ulrich se entrega con esmero. En sus informes, redactados en lenguaje burocrático, añade: “Se sugiere investigar”.
Satisfecho con el trabajo de Ulrich, el militar que lo contrató lo convoca a su despacho, en un centro clandestino de detención que podría ser uno de los tantos que funcionaron durante la última dictadura, un gran taller con sus fosas llenas de prisioneros esposados y tabicados. El corresponsal se muestra servicial y discreto. Recibe un nuevo fajo de billetes y, al salir, termina de entender que él también está siendo vigilado.
Su trabajo de infiltración concluye en más operativos y secuestros. Poco a poco lo invade la paranoia. Citado nuevamente por el jefe de la patota, ve, entre las detenidas, a una mujer que estuvo siguiendo. “¿Cómo anda la publicidad?”, le pregunta el represor. Ulrich se hace el desentendido y se defiende diciendo que lo suyo es el periodismo. El militar se ríe a carcajadas.
Mientras Ulrich realiza otra operación de prensa –que incluye un despiadado interrogatorio a la madre de un desaparecido–, le pide a su editor que lo cambie de destino, pero este le niega tal posibilidad. Y las contradicciones, que se le van presentando inevitablemente, sobre todo luego de ser desenmascarado en sucesivas ocasiones (por una exiliada que lo reconoce, por una novia, por el propio represor), se manifiestan de manera “hitchconiana” a través de la creciente presencia de unas palomas, primero sonora, en el techo de su departamento, y más tarde rodeándolo por completo, en el frenesí de la escritura a máquina, ya instalado en el centro clandestino.
Corresponsal, exhibida en la tercera función del ciclo “Cine por la Identidad”, en el auditorio de Abuelas en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (exESMA), termina con la imagen del activista paraguayo Martín Almada, sobreviviente de la dictadura de Stroessner y descubridor de los “Archivos del Terror”, que refuerza el verosímil de la película, como diciendo “esta historia es una historia de todos”.
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
Compartí