28 de julio de 2024
El valor de la identidad y la importancia de conocer el propio origen son los ejes centrales de "Como el mar", la película que inauguró el nuevo ciclo de cine de Abuelas.
Mezcla de road movie e historia de amor entre madre e hija, Como el mar, la película dirigida por Nicolás Gil Lavedra (Verdades verdaderas, Las grietas de Jara), abrió la nueva edición del ciclo Cine por la Identidad.
El filme comienza con el fallecimiento de la madre de Paula (Sofía Gala) y Azul (Zoe Hochbaum), de 34 y 17 años respectivamente en la ficción. En medio de la pérdida, los recuerdos emergen en cartas y fotos y también las preguntas: “¿Quién es ese bebé?”.
Allí comienza un itinerario que las llevará a ambas al Uruguay, primero a Montevideo, a la casa de la tía Mecha (Carmen Maura), quien refrenda la búsqueda de Azul: “Sólo sirve la verdad”, le dice al relatarle los hechos.
Entre espejos, perfiles y las tres bailando el flamenco que llevan en la sangre, vamos viendo cómo lo que parecían dos generaciones en realidad son tres. Un embarazo adolescente, el peso de la religión, la falta de acompañamiento, habían trastocado los papeles que ahora deben reacomodarse.
Tras una breve escala en la que Paula, a su modo, hace que Azul conozca a su abuelo paterno, viene quizá la escena más conmovedora, en Valizas, en la que le pide perdón: “Cuando naciste no supe qué hacer. Teresa se autoproclamó tu mamá y yo empecé a ser la hermana mayor. La verdad que yo no quería ser mamá”.
Entre la resistencia y la aceptación, ambos personajes llegan al final del viaje, en Cabo Polonio, donde 17 años antes había comenzado todo. “Por esto te llamás Azul”, le confiesa Paula señalándole el mar, en la previa del encuentro entre Azul y su padre desconocido. “¿No más mentiras?”, le plantea Azul a su retorno, y entonces madre e hija, en sus nuevos roles, pueden continuar adelante.
Al término de la exhibición en el auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas, en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, Gil Lavedra dialogó con el público y se refirió al “viaje físico e interior” que quiso mostrar con la película. “¿Qué pasa el día que te enterás todo eso?”, fue la pregunta que buscó responder en el relato.
A su lado, Gustavo Gersberg, coguionista junto con la propia Zoe Hochbaum, expresó que “el eje está puesto en la reconstrucción de la identidad, no del descubrimiento”, algo que el espectador agradece, así como la sutileza y la cuidada fotografía de la realización.
Las actuaciones de Gala y Hochbaum, incluido su vínculo interpretativo, son conmovedoras, y el director consigue transmitirlo fielmente en pantalla, con ternura, respeto y sin golpes bajos, enlazando los distintos momentos con sobriedad y equilibrio. Se trató de un inicio ideal de Cine por la Identidad, una película que habla de la identidad, de la verdad y, sobre todo, del amor.
La próxima proyección será la de la multipremiada Puán, de María Alché y Benjamín Naishtat, el jueves 15 de agosto, con entrada gratuita. Esperamos que nos acompañen en esta actividad que, como tantas otras que realizamos, tiene el objetivo de mantener viva la memoria y seguir reflexionando sobre los distintos aspectos de la identidad individual y colectiva.
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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