El bloqueo de webs y redes de los medios públicos es un nuevo ataque contra el derecho a la comunicación de toda la ciudadanía.

Así como el apagón de la Agencia Nacional de Noticias Télam, principal proveedor periodístico del país, ha silenciado una parte importante de la realidad, este “proceso de reorganización” –tal cual lo presentan de manera provocadora– supone otro avance más contra la pluralidad de voces, contra el federalismo y contra la soberanía informativa.

Alertamos, al igual que en el caso de Télam, sobre la necesidad de resguardar el archivo y el patrimonio de los medios públicos, incluidos materiales y contenidos sobre nuestra historia reciente, sobre el proceso de Memoria, Verdad y Justicia, sobre el derecho a la identidad y sobre negacionismo, entre otros, que pertenecen a todos los argentinos.

Asimismo, rechazamos cualquier intento de privatización y manifestamos nuestro respaldo a sus trabajadores. Y reafirmamos que la comunicación es un derecho y los medios públicos son esenciales en una democracia.