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Noticias · 06 de enero de 2023

“Recuperar la identidad es algo hermoso”

  • Fuente: Abuelas
  • Autor: Abuelas

Seis días después del anuncio de la restitución del nieto 131, llegó el del 132. Nacido en Tucumán, fue desaparecido junto con su madre y buena parte de su familia en mayo de 1976.

El pasado 28 de diciembre, recibimos la noticia de que el Juzgado Federal N° 1 de Tucumán le confirmó al nieto 132 que no era hijo de la familia que lo crió como propio, dueña de una finca en la que trabajaba su verdadera madre, Mercedes del Valle Morales, detenida desaparecida en 1976 en esa provincia.

Juan José Morales inició la búsqueda de su origen en 2004 acompañado por el nodo Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad de Abuelas y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Juan desconocía que no era biológico, hasta que sus hermanos de crianza, tra el fallecimiento de sus padres, se lo dijeron y le entregaron su DNI original. Con esa información se dirigió a Conadi para indagar sobre su historia.

Luego de la investigación documental y gracias a los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), en 2008, pudo constatar que Mercedes del Valle Morales, quien figuraba en su DNI como su madre, efectivamente lo era.

Mercedes fue secuestrada junto a parte de su familia, el 20 de mayo de 1976, en Monteros, Tucumán. Ella tenía 21 años y su hijo nueve meses. En el operativo, además del bebé, desaparecieron a sus abuelos, Toribia Romero de Morales y José Ramón Morales. Cuatro días después secuestraron a sus tíos José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales. Todos permanecen desaparecidos. Fue una tía abuela materna, Máxima Rita Romero de Morales, quien, con el retorno de la democracia, denunció ante la Conadep la desaparición de toda su familia.

Luego de conocer su filiación materna, el nieto dejó su perfil genético en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), con la ilusión de algún día poder encontrar los restos de su madre. Tiempo después, el EAAF logró identificarla en el Cementerio Norte de Tucumán. El nieto pudo realizar una ceremonia y despedirla. En ese tiempo, además, inició contacto con su familia materna que participó de la despedida.

Si bien parte de la verdad comenzaba a salir a la luz, aún faltaba saber quién era el padre del joven y constatar si había sido víctima de apropiación, para ello debía probarse si quien inscribió al niño como propio era verdaderamente su padre. Como el hombre ya había fallecido, la filiación sólo podía comprobarse o descartarse a través de una exhumación el cuerpo del alegado padre, que permitiría la comparación del perfil genético con la víctima. Esta investigación la llevó a cabo la Oficina Tucumán de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, a cargo de Pablo Camuña, y la Fiscalía N° 1 de Tucumán.

Ante la recepción del informe del BNDG, el Juzgado Federal de Tucumán informó al joven que no es hijo de quien lo crió y confirmó que fue víctima de sustracción, ocultamiento y sustitución de identidad en el marco del terrorismo de Estado.

Hoy lo abrazamos como nuestro nieto 132, y como un rompecabezas que nunca se termina de completar, se inicia un nuevo camino para poder dar con su padre. La causa seguirá abierta para continuar con la investigación sobre el papá del nuevo nieto y esperamos que quienes tengan algún dato sobre Mercedes del Valle Morales y quien fuera su compañero, lo acerquen a Abuelas, Conadi o al nodo de la Red por el Derecho a la Identidad de Tucumán.

El propio Juan José Morales, flamante nieto restituido, participó vía Zoom de la conferencia de prensa realizada en la Casa por la Identidad de Abuelas en la exESMA. “Siempre tuve dudas”, afirmó y contó que el proceso “fue un poco complicado y que llevó mucho tiempo”. “Se puede decir que hoy se cerró una gran etapa de mi vida y esperamos seguir cerrando la que falta”, agregó.

“No hay nada mejor que saber de dónde viene uno. Recuperar la identidad es algo hermoso –sostuvo–. Y a todas las personas que tienen dudas, les digo: busquen las respuestas porque vale la pena. Y también sería bueno que quienes tengan información se acerquen a brindarla, aunque sea de forma anónima”.

"Hay mucha gente que mantiene aún el silencio en muchas cosas porque es un tema difícil y muy doloroso. Eso uno lo entiende, pero vamos a seguir luchando con paciencia, tratando de que la ansiedad no nos gane y sin bajar los brazos", subrayó.

Y completó: "Las Abuelas son mujeres luchadoras por conocer la verdad de tantas personas, por encontrar a sus nietos y a sus seres queridos que la historia negra del país les arrebató. Es la lucha de muchos y estoy muy agradecido con ellas por todo lo que me han ayudado".

Las palabras de Juan José reconfortan. A pesar del dolor que trae cada una de estas historias, junto a la constatación de la dificultosa tarea que sigue siendo reconstruir lo que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando la vida con la alegría que nos da la conquista de la verdad. 

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